La Fundación Cultural Profesor Cantera Burgos presenta aquí, dado su interés, un adelanto del artículo que se publicará en el próximo número del la revista Anuario de la Fundación, Estudios Mirandeses nº XXXIX –sin el abundante aparato crítico de las notas justificativas del texto, que se reserva para la edición en papel indicada- bajo el título “Este proçeso no tiene dueño ni se sabe quyo es“: Diego de Siloe y Bartolomé Ordóñez en Roma en 1511.
Es obra de Juan José Clopés Burgos, licenciado en Derecho y en Geografía e Historia por la Universidad de Burgos (UBU), Conservador de museos del Estado y Consejero técnico del Instituto del Patrimonio Cultural de España (IPCE), que forma parte de la investigación en curso “El viaje a Italia de Bartolomé Ordóñez y Diego de Siloe: causas, etapas y consecuencias“, iniciada durante el curso 2020-2021, bajo dirección del profesor doctor Ángel Rivas Albaladejo, dentro del Programa de Doctorado en Historia del Arte de la Facultad de Geografía e Historia de la Universidad Complutense de Madrid (UCM).
Nos presenta novedosa documentación custodiada en el Archivo de la Real Chancillería de Valladolid hallada en el año 2019, que permite desentrañar una figura apenas esbozada en relación a Diego de Siloe, Agustín de Medina, su curador, como se sabía hasta la fecha, pero asimismo su padrastro.
Aporta novedosas y esclarecedoras referencias familiares y artísticas, tanto en España como en Italia, respecto a Diego de Siloe y Bartolomé Ordóñez, dos de los principales protagonistas de nuestro Renacimiento, sobre la posible formación o, cuanto menos, participación de Ordóñez en el taller de Felipe de Bigarny y en la obra del coro burgalés, al tiempo que permite plantear novedosas vías facilitadoras del viaje a Italia, en particular de una hipotética “vía valenciana”, vinculada a la más que probable formación pictórica de Juan de Siloe en el taller de “los Hernandos”, es decir, Fernando Yañez de Almedina y Fernando Llanos, donde se documenta en la Pascua de Reyes de 1511, al tiempo que excluye la improbable hipótesis planteada por buena parte de nuestra historiografía artística del apoyo brindado por el obispo burgalés fray Pascual de Ampudia, asimismo atribuida a Alonso Berruguete, lo que ha permitido contextualizar ampliamente y revalorizar su apenas conocida experiencia romana, fechable al menos durante el período 1509-1511, apuntando esclarecedores contactos en Roma, en particular los protonotarios apostólicos burgaleses don Alonso de Lerma, prior de Burgos, y doctor Bernardino de Contreras, así como la intervención de un desconocido maestre Fernando de Burgos, clérigo, ‘miniador’ burgalés, perteneciente a una destacada estirpe burgalesa de iluminadores, que durante su estancia en la Ciudad Eterna ayudaría generosamente a nuestros jóvenes escultores a superar la penuria económica en que se veían postrados y que asimismo pudo jugar un papel relevante, tras el fracaso experimentado por Siloe y Ordóñez en el mercado artístico romano, en su exitoso salto al napolitano, que a su vez les abriría el camino a los prestigiosos encargos de la Corte española y su entorno y sentaría las bases del triunfal regreso de las ‘águilas’ burgalesas al suelo patrio.
FOTOGRAFÍA: “Giles de Olen, ymaginero” Archivo Catedral de Burgos, R. 2, fol. 92v. Burgos, 24.02.1483G